Sidney estaba muy contenta. Aquel día fue el mejor de su vida; la habían regalado un móvil, le dio una lección a Marc y Doble R, que nunca olvidarían...
-¡Ayyy!- suspiró Sidney.
-¿Qué te pasa?-le preguntó Matt
-Pues... ¡que hoy ha sido el mejor día de mi vida!-exclamó Sindey tirándose a la cama.
-Dijiste lo mismo cuando cumplistes 6 años... cuando te regalaron aquel peluche gigante...-dijo Matt riendo.
-¡Era pequeña!¡y además ese peluche me sigue gustando!-dijo Sidney.
-¡¡¡Ja, ja!!!-exclamó Matt.
-¿¿De qué te ríes??-preguntó Sidney.
-¡De que la abuela ha dicho que el último que llegue a la cocina se sienta en el serijo!-exclamó Matt corriendo hacia la cocina-¡y esa vas a ser tú!
-¡De eso nada!-dijo Sidney corriendo también.
Los dos corrieron o más rápido que pudieron, pero para deshonra de Sidney, Matt llevaba ventaja.
-¡¡¡NO ES JUSTOO!!!- gritó Sidney.
-¡Gané! ¡Al serijo enana!-dijo Matt.
...Salió Gina de la cocina...
-¡De eso nada, señorito!- dijo Gina tocando el pelo a Sidney- ¡Sidney se sienta en el sofá, que hoy se ha portado muy bien!
-Pero... ¡ABUELA!-dijo Matt enfurecido.
-¡Ni abuela ni salchichas...!- dijo Gena- Vamos, a poner la mesa... ¡Los 2!
Matt se fue a la cocina enfurecido.
-Gracias, abuela-dijo Sidney abrazando a Gena.
-De nada; lo he hecho porque hoy te has portado muy bien cuando se ha quedado tu amiga, y no habeis ensuciado nada...- dijo Gena pensando.
-¡Aun así, gracias!-exclamó Sidney.
-¡De nada!Venga, a poner la mesa...-dijo Gena.
Sidney fue hacia la cocina, allí la esperaba algo...
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