-¡Dios mio!- dijo Drácula hablando por teléfono- ¡No puede ser! ¿Cómo está ahora?
-¿Qué pasa, mi señor?- dijo Lord, el criado.
-¡Oh, Lord! Mi tía Draculina la de Roma, está muy enferma y tengo que ir a Roma para estar con ella...- dijo Drácula- ¡Lord! ¡Prepara las maletas, YA!
-Si, mi señor...- dijo Lord- Pero, ¿cómo vamos a ir a Roma? la gente se extrañará si ve a un vampiro y a un jorobado montados en autobús, ¿no crees?
-Tienes razón... ¡lacayo! prepara los mejores disfraces...-dijo Drácula arrogante.
-Si, mi señor-dijo Lord.
Lord preparó las maletas, y cogió los mejores disfraces del desván...
-Mi señor, ya está todo listo...- dijo Lord.
-Está bien, esta noche partiremos...-dijo Drácula convencido.
-Pero, mi señor... tenemos otro problema...-dijo Lord preocupado- ¿Quién cuidara la casa en nuestra ausencia?
-Mmmm... no lo había pensado...-dijo pensando Drácula- La dejaré a cargo de Ticia...
-¿¡CÓMO!? ¿¡de vuestra sobrina Ticia!? Horror cuando regresemos de nuestro viaje...-contestó Lord llorando.
-¡No es para tanto!-dijo Drácula- Bueno, si...
-¿¿Está seguro de que desea dejar la casa en manos de Ticia???- dijo Lord.
-Si, he de confiar en ella... -dijo Drácula.
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