-¡¡Aaaaaah!!, es... es... ¡es un bebé!- dijo Sidney.- ¿Qué hago?... ¿lo cojo?
-¡¡Tatata guguta!!- dijo el bebé.
-¡Ahí va! ¡Si hay una nota en la cesta!- dijo Sidney.- Veamos...: " La persona que encuentre a este bebé será muy afortunado... Solo puedo decir una cosa... lo siento Anna*, no puedo cuidarte... Te quiere..."
-¡¡¡Buaaaaaaaa!!!-chillaba el bebé- ¡¡¡Buaaa!!!
-No puedo ir a ballet con un bebé en mis manos... ¡me saltaré ballet por un día!- dijo Sidney cogiendo al bebé y dirigiéndose a su casa.
TOC, TOC, TOC...
-Si, ¿quién es?- preguntó Gina.
-Soy yo...Sidney... he tenido un pequeño percance...- dijo Sidney.
Gina abrió la puerta extrañada...
-¿Que percance es ese?- preguntó Gina.
-Bueno.. la verdad es que...-dijo Sidney enseñando la cesta a su abuela.
-¿Y este bebé?- preguntó Gina.
-Me lo he encontrado en la calle, de camino a ballet...-dijo Sidney.- Tenía esta nota...
-Veamos... será afortunado... blah blah... no puedo cuidarte... blah... te quiere...-dijo Gina- ¡No han firmado!
-¿Cómo sabremos de quién es este bebé?-preguntó Sidney.
-Realmente... no sé- dijo Gina preocupada.
-¿Dónde se quedará mientras tanto?-pregunto Sidney.
-En casa, Sidney, en casa... dijo Gina.
(*Anna.- Así se llama el bebé, es una niña.)
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